Roger Federer comenzó a jugar a tenis a los ocho años de edad, gracias a la pasión que le despertaron por este deporte sus ídolos: Becker y Edberg. Este tenista suizo logró grandes resultados en su etapa junior. Así, fue campeón en Wimbledon 1998 (derrotó en la final a Labadze), fue finalista en el Open de EEUU (cayó ante Nalbandián) y fue semifinalista del Abierto de Australia. Federer es uno de los doce tenistas que ha logrado entrar en el top 100 antes de los 21 años. En el año 2001 acabó en el puesto 13º, algo que sólo ha superado con su edad, 20 años, Lleyton Hewitt (que terminó en el número uno). Su juventud y su potencial le convierten en el rival a batir dentro del circuito. El mundo del tenis ha asistido en los últimos años al nacimiento de una verdadera leyenda en vida de este deporte. Son muchos los que ven en el joven suizo al sucesor de Sampras, y motivos para tales afirmaciones no les faltan. Federer ha ido creciendo paulatinamente en el circuito, hasta el punto de convertirse en el número uno del mundo tras ganar el Open de Australia 2004 y tras haber hecho lo propio en Wimbledon 2003 y 2004 y el Masters 2003. Su autoridad no entiende de superficies ni de rivales, y ha demostrado ser capaz de ganar a cualquiera y sobre cualquier superficie. Su dominio a lo largo de 2004 fue tan apabullante que incluso se permitió el lujo de prescindir de entranador alguno durante buena parte de una temporada que dominio de principio a fin. Su juego lo basa en una gran derecha y un potente servicio. Es uno de los tenistas que habrá que seguir porque está llamado a escribir su nombre en las páginas más gloriosas de este deporte
miércoles, 15 de abril de 2009
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